Una regla y unos segundos bastan para poner a prueba tu tiempo de reacción, una herramienta simple pero poderosa que puede anticipar problemas de salud antes de que aparezcan los síntomas. La ciencia empieza a mirar esta variable como un indicador clave del estado general del organismo.
Tus reflejos pueden decir mucho más de lo que creés: cómo medirlos en casa y qué revelan sobre tu salud
Los reflejos no solo importan en el deporte o frente al volante. Investigadores aseguran que los tiempos de reacción pueden ofrecer pistas valiosas sobre el funcionamiento del cerebro, el corazón, el sistema nervioso e incluso el riesgo de muerte prematura. “Algunas personas tienden a ser más rápidas que otras, incluso antes de que se note el envejecimiento. Pero una desaceleración progresiva suele reflejar una acumulación de desgaste biológico”, explicó Simon Cox, profesor de envejecimiento cerebral en la Universidad de Edimburgo.
un test simple para hacer en casa
Un método casero, conocido como la “prueba de la caída de la regla”, permite evaluar este aspecto sin necesidad de dispositivos tecnológicos. Solo se necesita una regla de 30 cm y un compañero.
Paso a paso:
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Sentarse con el brazo apoyado sobre una mesa, dejando la muñeca colgando y el pulgar hacia arriba.
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El compañero sostiene la regla de forma vertical, alineando el “cero” con el pulgar.
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Sin previo aviso, suelta la regla.
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El objetivo es atraparla lo más rápido posible. Cuanto menor sea la distancia que recorra antes de atraparla, mejor será el tiempo de reacción.
¿Qué indican los resultados?
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Excelente: menos de 7,5 cm.
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Sobre el promedio: entre 7,5 y 15,9 cm.
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Promedio: entre 15,9 y 20,4 cm.
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Bajo promedio: más de 20,4 cm.
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Deficiente: más de 28 cm.
una señal que puede anticipar otros problemas
Más allá del resultado puntual, los expertos destacan que lo más importante es observar cómo evoluciona la respuesta con el tiempo. Una caída en el rendimiento podría estar asociada con problemas neurológicos o físicos que, en algunos casos, anteceden al diagnóstico de enfermedades como la demencia o el deterioro muscular.
“El tiempo de reacción depende de múltiples factores: desde la vista y el oído hasta la velocidad de procesamiento del cerebro y la capacidad de los músculos para ejecutar una orden”, detalló Cox. A partir de la mediana edad, muchas personas comienzan a notar una pérdida de agilidad, no porque el cerebro falle, sino por un deterioro físico que impide actuar con la misma rapidez.
En esa línea, un estudio de la Universidad de Colorado reveló que, con los años, las fibras musculares de contracción rápida y las mitocondrias pierden eficiencia. Esto hace que los movimientos rápidos resulten más exigentes para los adultos mayores.
cómo mantener o mejorar tus reflejos
La buena noticia es que el tiempo de reacción puede entrenarse. Desde ejercicios simples hasta actividades más complejas, hay opciones accesibles para todas las edades. Especialistas recomiendan el “entrenamiento de doble tarea”, que combina el movimiento físico con desafíos cognitivos. Ejemplos:
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Caminar mientras se gira la cabeza de un lado a otro.
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Equilibrarse en una pierna mientras se recita el abecedario.
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Lanzar una pelota mientras se nombran palabras asociadas.
Participar en actividades grupales, aprender a tocar un instrumento o seguir con pasatiempos que estimulen la mente también tiene efectos positivos. “Ejercicios que requieren respuestas rápidas fortalecen tanto el cuerpo como el cerebro”, destacó Cox. Incluso juegos simples en computadora, como reaccionar a un cambio de color en la pantalla, pueden ayudar a medir y entrenar este aspecto.
En definitiva, cuidar los reflejos es cuidar la salud integral. Y con apenas una regla, ya se puede dar el primer paso.