El misterio mantiene en vilo a todo el mundo. Un equipo de biólogos brasileños se trasladó a esta zona boscosa, alejada del océano, después de que el mamífero marino fuese descubierto el viernes pasado en medio de la maleza en la isla de Marajo, frente a la playa de Araruna, en la desembocadura del río Amazonas.
La principal hipótesis es que el animal murió en el mar y llegó tierra arrastrada por las mareas altas. Los científicos que inspeccionaron sus restos creen que se trata de una cría de doce meses.
La ONG Bicho D´Agua Institute, explicó que el mamífero se enredó en los manglares del Amazonas después de ser arrojada a tierra por las olas. En tanto, The Maritime Herald sospecha que pudo haber muerto al tragar plásticos marinos. Sorprende también la presencia de una ballena jorobada en la costa norte de Brasil en pleno mes de febrero, algo muy inusual.
Durante el verano amazónico, cuando los ríos de agua dulce se inundan, las ballenas jorobadas locales ya deberían haber viajado más de 6.000 kilómetros hacia sus áreas de alimentación en los océanos de verano llenos de krill de la Antártida. Los biólogos no descartan que la cría perdiese a su madre durante la migración.