Vecinos de la localidad de Pergamino comenzaron a limpiar y reconstruir sus hogares y comercios con la angustia de una posible tormenta estimada para el sábado y con el agravante de que para muchos es la segunda vez que deben dejar todo para «empezar otra vez».
“La situación está mejorando desde que esta mañana apareció el sol, el agua empezó a bajar y se anunció que en los próximos días ya no iba a llover, con lo cual se facilitan las tareas de limpieza y el drenaje del arroyo”, dijo a Télam Elba Caputo, una vecina del barrio Centro de esa ciudad.
Mientras limpiaba su casa junto a sus hijos, Elba contó: “Perdimos todas las puertas de la casa, las acabo de tirar en la calle, también el placar y todos los muebles de la esperan lluvias para el 31, son fechas que complican todo porque uno lo quiere pasar tranquilo y en familia pero no se puede”, comentó.
Desde las 10 de la mañana, horario en que el agua comenzó a bajar, cientos de vecinos de Pergamino comenzaron a limpiar y a tirar en la vereda los objetos que el agua y el barro dejaron obsoletos. Es la segunda gran inundación desde la que en 1995 dejara una ciudad devastada.
En la zona del centro cerca del arroyo, Sandra Barbosa, dueña de la panadería “3 de Febrero”, dijo que “hace 40 años que tenemos la panadería, es muy difícil mantenerla y con estas cosas se hace más difícil todavía”.
En esa línea, señaló que “los motores de las maquinas están arruinados, el horno se apagó así que ya para prenderlo es todo un esfuerzo y un problema, vamos a estar semanas sin trabajar si es que podemos salir adelante”.
“Esto te corta por la mitad, no es ni siquiera volver a empezar, es empezar de un lugar peor, mucho más atrás del que empezaste”, enfatizó.
“Esta mañana estaba muy mal, y no quería hacer nada hasta que llegaron amigos de mi hija y entre todos limpiaron y nos levantaron, pudimos sacar el barro y ordenar un poco”, finalizó.
Desde el refugio para evacuados que funciona en el Centro Educativo Complementario (CEC) 201, ubicado en el barrio Kennedy, Juan Manuel Batallanes, secretario de Tierra y Vivienda de Pergamino, comentó que “hubo una cuestión meteorológica que no se pudo manejar, no solo en nuestra ciudad sino en toda la zona que nos rodea”.
En ese sentido, señaló que “tuvimos en un día el doble de las precipitaciones que se dan habitualmente en un mes. Hoy el agua ha ido bajando en algunos barrios más rápido que en otros pero en general ya se pudieron activar las cuadrillas de voluntarios que comenzaron con la limpieza de los hogares y las calles”, resaltó.
“Esto es algo a destacar de nuestra sociedad que no solo ha ayudado con las donaciones sino también poniendo el cuerpo, estando los días anteriores llenando bolsones de arena y hoy limpiando, cocinando y aportando lo mejor de cada uno”, consideró.cocina con los electrodomésticos”.
Además “no es solo el agua, es el barro, las cloacas que desbordan, los residuos de la aceitera que esta acá cerca, arruina todo y es peligroso por las enfermedades”, explicó.
“Es la segunda vez que me toca perder todo, no sé qué vamos a hacer, ya estamos grandes para pasar por estas cosas”, dijo la vecina y destacó que “me da mucha rabia perder todo de nuevo pero es la naturaleza la que lo causa, no tenemos nada que hacer, no podemos culpar a nadie”.
“Ya nos toco pasar navidad preocupados con el agua en los talones y ahora se esperan lluvias para el 31, son fechas que complican todo porque uno lo quiere pasar tranquilo y en familia pero no se puede”, comentó.
Desde las 10 de la mañana, horario en que el agua comenzó a bajar, cientos de vecinos de Pergamino comenzaron a limpiar y a tirar en la vereda los objetos que el agua y el barro dejaron obsoletos. Es la segunda gran inundación desde la que en 1995 dejara una ciudad devastada.
En la zona del centro cerca del arroyo, Sandra Barbosa, dueña de la panadería “3 de Febrero”, dijo que “hace 40 años que tenemos la panadería, es muy difícil mantenerla y con estas cosas se hace más difícil todavía”.
En esa línea, señaló que “los motores de las maquinas están arruinados, el horno se apagó así que ya para prenderlo es todo un esfuerzo y un problema, vamos a estar semanas sin trabajar si es que podemos salir adelante”.
“Esto te corta por la mitad, no es ni siquiera volver a empezar, es empezar de un lugar peor, mucho más atrás del que empezaste”, enfatizó.
“Esta mañana estaba muy mal, y no quería hacer nada hasta que llegaron amigos de mi hija y entre todos limpiaron y nos levantaron, pudimos sacar el barro y ordenar un poco”, finalizó.
Desde el refugio para evacuados que funciona en el Centro Educativo Complementario (CEC) 201, ubicado en el barrio Kennedy, Juan Manuel Batallanes, secretario de Tierra y Vivienda de Pergamino, comentó que “hubo una cuestión meteorológica que no se pudo manejar, no solo en nuestra ciudad sino en toda la zona que nos rodea”.
En ese sentido, señaló que “tuvimos en un día el doble de las precipitaciones que se dan habitualmente en un mes. Hoy el agua ha ido bajando en algunos barrios más rápido que en otros pero en general ya se pudieron activar las cuadrillas de voluntarios que comenzaron con la limpieza de los hogares y las calles”, resaltó.
“Esto es algo a destacar de nuestra sociedad que no solo ha ayudado con las donaciones sino también poniendo el cuerpo, estando los días anteriores llenando bolsones de arena y hoy limpiando, cocinando y aportando lo mejor de cada uno”, consideró.