El origen: River vuelve al inicio de la era Gallardo, con buen juego y triunfos en serie

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iver parece repetir el comienzo del ciclo de Marcelo Gallardo (segundo semestre del 2014) en el que, al mismo tiempo, es el último tramo del Muñeco en la institución ya que todo parece indicar que a fin de año dejará el club.

Por aquella época, el equipo estuvo puntero del campeonato hasta la fecha 17 cuando debió enfrentar con suplentes al entonces escolta Racing en Avellaneda. Presentó una formación alternativa porque tenía que jugar contra Boca por las semifinales de la Copa Sudamericana entresemana, torneo internacional que terminó obteniendo por primera vez.

En Avellaneda perdió 1 a 0 con el que terminaría siendo el campeón del torneo Transición. Pero lo que caracterizó a ese conjunto durante gran parte del campeonato, especialmente las primeras doce fechas (en el que había conseguido nueve victorias, seis de ellas en forma consecutiva) fue el juego fluido, sincronizado y de toque que llevaba a cabo. Teo Gutiérrez, Pisculichi, Cavenaghi, Funes Mori, Mercado, Carlos Sánchez, Rodrigo Mora (aún en el club) eran algunos de los intérpretes que llevaron a la práctica un fútbol que sorprendió a casi todo el ambiente. Toque, dinámica y goles. Luego, en el sprint final, Gallardo debió elegir y la jugada salió muy bien: Boca eliminado y victoria en las finales ante el Atlético Nacional de Medellín. Aunque se quedó sin el torneo local (una «deuda» de la etapa del Muñeco), ya que culminó subcampeón de Racing.

En la actualidad, ese juego vistoso parece haberse recuperado, aún después de haber obtenido una Copa Libertadores, dos Recopas sudamericanas, una Suruga Bank y una Copa Argentina.

Con otros jugadores, claro está, más jóvenes, como Alario, Driussi, Martínez, Rojas, Ignacio Fernández pero con la misma idea. No son pocos los que coinciden en que River está volviendo a mostrar ese juego deslumbrante que acompañó los primeros tiempos de Gallardo. Los mismos jugadores lo sostienen. Sebastián Driussi, uno de los goleadores, afirmó hace pocos días: «Somos un equipo ofensivo, nos gusta atacar mucho y lastimar al rival». Leonardo Ponzio, ausente ayer en Victoria, había afirmado semanas atrás, que le gustaba que «River tuviera identidad». Ariel Rojas, el regresado de la primera etapa, se refirió más al futuro: «Debemos ir partido a partido y seguir prendidos, tanto en la copa como el campeonato».

El mismo Gallardo en conferencia de prensa post partido ante el Melgar tuvo palabras de admiración hacia sus dirigidos: «Me sentí identificado con el equipo, la forma y la idea. Lo disfruté. Fue muy bueno lo que hicimos». Indudablemente, entrenador y jugadores se sienten a gusto con la idea. No es común que un técnico como Gallardo, que no suele «repartir» elogios y que no tiene inconvenientes en decir lo que piensa, si es necesario con críticas y autocrítica, haya tenido las palabras que tuvo para con sus dirigidos.

Ayer, ante Tigre, River volvió a ganar, consiguió su séptima victoria consecutiva (cinco del campeonato y dos por copa Libertadores) e igualó la marca de aquel 2014 en el que se había llegado a ocho triunfos en serie, contando torneo local y copa Sudamericana. Y con el mismo entrenador. Por el actual campeonato venció 3-1 a Lanús, 2-1 a Belgrano, 2-1 a Godoy Cruz, 2-0 a Quilmes y ayer 2-0 a Tigre. Más las dos victorias por la Libertadores: 3-1 a Independiente de Medellín y 4-2 al Melgar peruano.

En aquel 2014 entre el 17 de agosto y el 17 de septiembre había vencido 2-0 a Rosario Central, 4-0 a Godoy Cruz, 3-0 a Defensa y Justicia, 3-1 a San Lorenzo, 2-0 a Tigre y 4-1 a Independiente por el campeonato, más las dos victorias por copa Sudamericana ante Godoy Cruz (1-0 y 2-0). La racha de triunfos consecutivos se cortó cuando empató con Arsenal 1-1 el 25-09.

Sin embargo, el triunfo de ayer estuvo marcado por fallos arbitrales que lo favorecieron. Dos goles mal anulados a Cachete Morales (uno con el marcador igualado y el otro cuando River ganaba uno a cero) fueron determinantes para que el camino del partido se inclinara para los de Nuñez. Gallardo no eludió el tema: «A veces se equivocan a favor y otras en contra». Aunque para él fue bien anulado el primer gol y el segundo fue una jugada «muy fina».

Sostuvo además que «el cansancio del partido del jueves (con Melgar de Perú) se sintió. El equipo no jugó como lo venía haciendo, pero mostró personalidad. No es fácil ganar acá». Y sabe que para acercarse más al puntero Boca, «hay que ir partido a partido y ver si podemos achicar distancias».

Por su parte y una vez más, ayer Rodrigo Mora, uno de los sobrevivientes del comienzo del ciclo Gallardo, desniveló cuando entró en el segundo tiempo. Había marcado el gol de la victoria ante Godoy Cruz en Mendoza tres fechas atrás, cambió el trámite del partido en la fecha pasada ante Quilmes y ayer definió el pleito con un derechazo que se coló en el ángulo de Ibáñez. Sus ganas y su optimismo hablan de un estado grupal acorde al juego colectivo demostrado: «Estoy para sumar. Sé que Driussi y Alario están muy bien. Entro con ganas y confianza. Me siento importante en el equipo».

Se vienen más partidos y Gallardo se pone el plazo para ir definiendo la posición de River en el actual campeonato, su deuda interna: «En mayo se define todo».

Habrá que ver si ese sprint final tendrá esta vez para River un mejor desenlace a nivel local. Y si ese juego recuperado será una buena razón para lograrlo.

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