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Lucía Inglese: «Hay algo que siempre compartí con mi papá y es que desde que tengo memoria voy a la cancha de Sarmiento»

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30 minutos del segundo tiempo se habían jugado del partido entre Comunicaciones y Estudiantes de Buenos Aires cuando Lucía Inglese dijo ya está. Dejó de esperar el resultado ese domingo y se mentalizó en que el fin de semana siguiente sería lo que deba ser. El mismo día les avisaron que se entrenaban y así se mantuvieron hasta hoy, antes de viajar a Salto para jugar el sábado la final de las finales con Sarmiento, por el ascenso a Primera División.

Ella que con edad de jardín ya se subía a los hombros de papá para ir al Eva Perón, que festejó ascensos y lloró descensos. Ella que quiso defender también esos colores y que de un día para el otro, todavía con edad de escuela, se encontró jugando en AFA. Ella que a punto estuvo de tener que dejar el sueño a la mitad para ir a estudiar a Rosario, que alquiló departamento y todo. Ella que se tuvo que encerrar por la pandemia igual que todos, pero que hoy en voz bajita, como para que nadie se enoje, agradece que el virus maldito le haya dado la oportunidad de ir hasta el final del camino. Dicen que las casualidades no existen, pero tal vez ella de verdad merece cerrar la historia adentro de la cancha y no mirándola por la pantalla.

-¿Qué nivel de manija estás manejando?

-No me estoy haciendo la cabeza mal, pero estoy con muchas ganas de entrenar y de que llegue el partido. No sé por qué, pero cuando perdimos con Ferro había quedado esa sensación de que dejábamos de depender de nosotras y por suerte después se dieron los resultados. Incluso ese partido lo perdimos de la cabeza, porque nos desesperamos después del gol. En eso estuvimos haciendo mucho hincapié ahora, en mejorar desde lo mental para poder también hacer el juego que sí hicimos ante Estudiantes si tocara estar en adversidad.

-Jugaron dos veces ya con Comunicaciones, con derrota y triunfo, pero esta va a ser la primera que no van a jugar en el sintético de Agronomía. ¿Eso ya hace que pueda ser muy diferente?

-Creo que si bien las finales son muy mentales y hay que estar muy preparadas, nos va a jugar a favor el hecho de jugar en césped y no en la sintética. Yo la sentía más chica, la pelota pica diferente… En eso encuentro un punto a favor. Para mí se va a dar un partido diferente a los dos que se plantearon allá. Si la cancha está linda, se va a dar todo para poder jugar.

-Durante este Reducido y ahora que falta solo un partido, ¿te pusiste a pensar que para vos todo hubiera sido muy distinto sin pandemia?

-Siempre lo pienso. Mucha gente sufrió la pandemia. Yo también porque estuve mucho tiempo encerrada. Pero a la vez estaba muy contenta y por dentro decía ojalá se siga extendiendo y pueda quedarme acá y llegar a entrenar. En un momento le plantee a mi mamá yo no me voy a Rosario este año, voy el año que viene porque quiero entrenar. Me dije esta es mi chance. Vi que se dio este reducido, completamente diferente a lo que iba a ser el torneo y nos vi súper bien para lo que se venía. Entonces, es como que la pandemia me dio la chance de poder vivir algo hermoso.

-Pensando en el viaje que te tocó hacer y en esta oportunidad que tenés ahora, casi que las dos experiencias más importantes de tu vida futbolística tienen conexión con China…

-Vos sabés que sí. pero esta experiencia, sobre todo si llegamos a ascender, superaría todo. Hay algo que siempre compartí con mi papá y es que desde que tengo memoria voy a la cancha de Sarmiento. He vivido ascensos, descensos… B Metro, B Nacional, Primera… Sinceramente juego muy con el corazón. Hablo mucho con mi papá y me dice tantas finales, tantas cosas que vivimos juntos y ahora tener que estar yo en la cancha es un plus. Todo futbolista quiere jugar con la camiseta que siente y agradezco siempre el poder vivir este momento.

-Hace un año estabas plenamente enfocada en ir a estudiar y remarcabas que lamentablemente la mujer no puede vivir del fútbol. ¿Te cambiaron algunas sensaciones ahora, por lo menos en ganas de hacer coincidir las dos actividades?

-La verdad que cuando hablábamos antes no me planteaba la posibilidad porque veía una Primera División como algo bastante lejano. Ahora lo tenemos ahí y creo que todavía no caigo que estamos tan cerca, justo en este momento que se profesionalizó. Estoy intentando no comerme la cabeza con todo eso, pero creo que ahora sí haría el esfuerzo de combinar el fútbol con una carrera, porque es hacer lo que me gusta, es un sueño. He visto que muchas chicas lo han hecho, muchas jugadoras de Primera División que se recibieron sin dejar de jugar al fútbol. Entonces no es algo imposible y digo bueno, ojalá se de y lo pueda hacer. Es algo muy lindo lo que estamos viviendo.

-Otra cosa que cambió de hace un año a esta parte, y que creo que no se lo esperaban, es que todo lo bueno que hicieron, sea cual sea el resultado del sábado, ya las instaló en el circuito y el mercado del fútbol AFA. ¿Son conscientes de eso?

-Totalmente. Fue un sacudón, un paso bastante brusco. Primero era ver cómo era esta Primera B, medirse. Después nos dimos cuenta que teníamos equipo para pelear. Nos hicimos fuertes, buscamos nuevas jugadoras. Sergio (Barbagelata) nos ha remarcado que quizás no éramos conscientes de que había clubes que nos veían, porque éramos un club que estaba peleando el ascenso. Entonces pasamos a ser prácticamente profesionales, por el modo de entrenar, porque jugamos un torneo de AFA y la verdad que eso es bastante impactante. Ya estamos ahí y la gente del entorno del fútbol ya sabe quiénes somos. Yo en un momento hasta pensaba en dejar el fútbol, porque lo tomaba más como un hobby. Ahora estoy en la duda de decir ¿qué hago? ¿Me da o no me da?

-Al inicio del torneo la zaga formada por vos y Vicky Jancich no era la que había pensado Sergio como la titular. Vos empezaste jugando, ella entró después por una lesión y no salió más. Después pareció que eras vos la que no iba a estar por tener que irte a estudiar… Y al final se terminaron jugando todo el Reducido juntas y rompiéndola. ¿Te pone contenta eso?

-La verdad que siempre quise jugar con Vicki porque la conozco mucho, es re buena chica y es de esas que le mete mucho. Ahora en el Reducido siento mucha seguridad. Me pegó bastante lo de Brune (Gutiérrez), porque sinceramente era mi motorcito. Yo sabía que no la pasa nadie. Pero de todos modos ahora veo una defensa muy sólida, como Sergio había estado buscando tanto. Creo que le estamos dando esa seguridad. Titulares y suplentes estamos muy bien. Es muy positivo que hayamos encontrado la defensa. Uno siempre se acuerda de los goles, pero es importante tener una defensa que sea sólida. Ahí arranca casi todo.

-Antes era goles nos meten, pero confiamos en meter más. Ahora no les meten goles…

-Creo que a lo largo del torneo esa fue la gran búsqueda. De la mitad para adelante había algunas cosas que perfeccionar, pero pocas, porque sinceramente tenemos unas jugadoras con una calidad que las ves y es impresionante. Melina (Garialdi), Sofi (D’Ambrosio), Mari (Costa)… Para mí son referentes y a la vez distintas. Viendo eso, entonces, yo quería dar esa seguridad atrás, que cumplamos nuestro rol. Creo que esa búsqueda de una defensa fija y que de seguridad hoy lo encontramos.

-El crecimiento de Lolo Herrera en el arco también fue importante para ganar seguridad, ¿no?

-Yo siempre le dije que tiene condiciones para ser una arquera de Primera División, porque he visto muchas arqueras y ella ha tapado cada mano que no podés creer. En el primer partido del Reducido con Comunicaciones íbamos 1-0 y tapa un mano a mano que yo ya la estaba yendo a buscar adentro. Tener una arquera que responde en dos pelotas clarísimas que te llegan, porque ha tapado muchas pelotas claves, te da una seguridad total. Siempre tuve fe en ella. Es grosa. Y a su vez la están entrenando mucho.

-¿La mejor arquera de la Primera B?

-Se lo digo siempre. Ella quiso ser arquera y es arquera. Eso es algo que yo veo que todavía le falta al fútbol femenino. Quizás por una cuestión de vocación, porque alguna vez vieron que tenés un poco más de idea y te mandaron, pero en realidad no te gusta. Eso todavía pasa…

Como vos contra Estudiantes en el Eva Perón…

-¡Claro! Fui de descarte ahí, pero bueno. Jaja. Siempre cumpliendo con lo que me piden. Yo no tengo problema. Escucho lo que me dicen y lo que me piden lo hago. Pero por suerte la arquera es Lolo, que nos da una seguridad total. Y ella también nos tiene mucha fe a nosotras. Eso es buenísimo.

-¿Dónde sentís que tuviste el mayor crecimiento como jugadora a lo largo del torneo?

-Creo que hay dos cosas. Primero creo que cambié totalmente la cabeza. Antes por ahí entraba a la cancha con más miedos. Hoy entro y es, como dice Fede (Coronel), plata o mierda siempre. Salgo con esa mentalidad ganadora y eso me sirve. Entrar y decirme a mí misma tengo que dejar todo, nadie me va a pasar. También mis compañeras me han ayudado mucho dándome confianza. Después, desde lo futbolístico también he notado cosas. Por ejemplo, en mi posición por ahí se presta mucho a cerrar con zurda y me las estoy ingeniando más. Creo que cabeceo mucho mejor, porque antes capaz cerraba los ojos. Ahora me la aguanto. Pasa que yo no era defensora antes y ahora me encanta el puesto. Es mi labor en el equipo y lo hago con mucha dedicación.

-Tanto Vicky como vos, cuando empezó todo, por ahí tenían ese rótulo de las chiquitas… Pero cuando hubo que fajarse, que meter, ningún problema nunca…

-Obvio. Creo que al principio estaba eso de decir ah ellas son las chiquitas. Pero yo ya lo tomo como algo positivo. El que seamos chiquitas, por así decirlo, y que tengamos un lugar en el equipo…Hay que hacerse con eso. No hay que achicarse. Por algo el entrenador tiene fe en nosotras. Yo creo que condiciones tenemos. Hay que meterle, no hay que quedarse. Somos las chiquitas de Sarmiento, pero algún día quizás nosotras vamos a ser las más grandes. Los equipos necesitan referentes, siempre lo hablamos. A Pini (Tamburrini), por ejemplo, desde que llegó la tengo allá arriba porque es de esas compañeras que no solo en los entrenamientos sino también en los partidos te arenga y te da fuerzas para meterle. Serás chiquita, pero te hace sentir grande. La admiro mucho.

-¿Se proyecta 2021 o no hay nada más que el sábado en la cabeza?

-La verdad no estoy planeando más nada que el partido del sábado. Estoy cien por ciento metida en esto y después veremos. Cien por ciento metida en poder ganar. Esto puede cambiar mucho mi perspectiva de futuro, por eso solo pienso en eso.

-¿Imaginás a la gente, a la familia, saliendo para Salto?

-Sí, yo sé que muchos de los que nos bancan van a estar ahí. Pero no quiero pensar más allá de lo que pase en el partido. Sí soy una convencida de que no es solo por nosotras, sino por todo el fútbol de Junín y la zona. Es demostrar que se puede, es darle la chance a las más chicas, abrir puertas que son para todas.

Por Juani Portiglia

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