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Sabrina López: «Vine con el objetivo de ayudar a Sarmiento a ascender a la A

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Las planillas oficiales de AFA, siempre tan celosas de lo escrito en el documento nacional de identidad, la presentarán como Sabrina Rincón una vez que inicie el campeonato de Primera B. Quienes la vienen viendo jugar desde los 10 años en Olavarría, sin embargo, la conocen como Chechu y saben que siempre eligió usar el apellido de esa mamá que fue también su modelo a seguir cuando empezó a patear una pelota. López.

La delantera que la semana pasada cumplió los 25 llegó a Sarmiento tras ser seleccionada por el cuerpo técnico que encabeza Sergio Barbagelata en la prueba que se realizó en su ciudad y a Junín un día después que Las Maestras se coronaran en el Nocturno de la Liga Deportiva del Oeste. En el bolso cargó también la experiencia que ya ha hecho en AFA, pues jugó para Platense el primer torneo semiprofesional de Primera División que finalmente quedaría suspendido y sin resolución por culpa de la misma pandemia que cambió sus propios planes.

-¿Cómo se dio tu llegada a Sarmiento desde Olavarría?

-Primero me acuerdo que había hablado con Cami (Torres) y ella me dijo que me había nombrado. Después me enteré que iban a hacer pruebas en Olavarría. Yo hacía días que me había ido a Buenos Aires a buscar mis cosas, porque estaba jugando en Platense. Estuve cuatro meses allá y después pasó todo esto del virus, entonces antes de pasarla sola y encerrada allá decidí venirme a Olavarría con mi familia. Cuando ya estábamos por volver a entrenar, la gente del club me dijo que no tenían un lugar para que yo me quedara allá. Antes estaba en un departamento que me habían dado ellos y después me comentaron que no tenían presupuesto para seguir pagándolo. Yo no podía hacer nada. Dinero no tenía para pagar un alquiler.

-¿Estabas sin contrato?

-Sí. Así que al tiempo me llegó el comentario de que Sarmiento iba a buscar jugadoras a Olavarría y dije ya fue, me voy a presentar y ver qué onda. La primera prueba me acuerdo que fue a la mañana. Y la última, para la que ya habían hecho una preselección, a la tarde. Quedamos nueve jugadoras ahí. Ya un sábado me vine con dos compañeras más que fueron seleccionadas e hicimos la última prueba acá. Ahí quedamos que nos iban a avisar cuándo nos íbamos a venir. Estuvimos un tiempo allá con nuestras familias y a la semana o dos nos vinimos. Otra compañera se quedó, porque tuvo un problema familiar.

-¿Con Platense llegaste a jugar en Primera División?

-Sí. Mi primer partido fue contra Villa San Carlos. Ahí debuté y pude convertir mi primer gol, en el Torneo Rexona que se suspendió. Jugué también contra SATSAID, un partido que ganamos 1-0 y estuvo astilla, re peleado. El último partido contra Boca estuve en el banco. Me moría de ganas de entrar pero no pasó. Nosotras lo empezamos ganando, re bien. Pero después ellas agarraron viaje y nos empezaron a meter goles y goles.

-En Platense te agarró la pandemia y te volviste a Olavarría. Llegasta a Sarmiento y la segunda ola de contagios obligó a frenar todo otra vez. ¿Te desmotivó o te hizo dudar de seguir en algún momento?

-No sé, no creo. Te explico, yo de chica juego al fútbol y siempre tuve el sueño de jugar afuera. Pasé una banda de cosas, tanto hermosas como feas. Pero siempre seguí entrenando, rebuscándomela y al llegar acá a Sarmiento vine con la mentalidad de que si llegaba a pasar algo malo me la iba a seguir bancando. Yo vine acá con el objetivo de ayudar a que Sarmiento ascienda a la A. Vine a darlo todo.

-Qué manija que digas eso. Te tenés mucha confianza…

-Es que en realidad yo siempre fui a dar lo mejor en cada equipo en el que he estado. La realidad es que vine a darlo todo. Si Sarmiento me eligió fue por algo y acá estoy. Me pasó que estuve con Covid estas últimas semanas, la pasé mal. Pero voy a volver y hay que seguir siempre, por más cosas feas que pasemos en el fútbol.

-En lo que te tocó compartir hasta ahora y teniendo como medida el hecho de haber integrado un equipo de la A, ¿encontrás en Sarmiento esos fundamentos para pensar que se puede conseguir el objetivo?

-Yo pienso que sí. Lo que yo veo en las chicas, y con algunas también lo pude hablar, es que están muy decididas. En cada entrenamiento se ve que está ese objetivo de ascender este año. Y en la cancha también lo ves. Este año es de Sarmiento, que no te queden dudas. Es nuestro. Estamos esperando el torneo y entrenando a full para eso.

Foto de Mabel Panero

-Nombraste cosas hermosas y tristes que pasaste en el fútbol. ¿Cuáles fueron las que más te marcaron?

-Van de la mano. Fue cuando tuve la posibilidad de ir a probarme a River, que es uno de los clubes a los que quise llegar desde chica. Una vez que se me dio, gracias a la arquera Nabila Rahaal y a Claudia Basualdo que son de Azul y me ayudaron mucho, no tuve la posibilidad de pagarme un lugar en donde quedarme e ir a entrenar. En ese momento yo no contaba con dinero para pagarme un alquiler y demás. Eso me bajoneó mucho. Cuando me dijeron que ellos no me podían ayudar, Daniel Reyes (actual DT de Primera División) me pidió disculpas, porque él me quería ahí, pero a la vez no podía hacer nada. Él me dijo muchas cosas lindas y yo me volví a mi casa re mal, llorando. Siempre había sido mi sueño y no pude quedarme. Seguí entrenando, me dije que iban a venir tiempos mejores. Estuve en Platense, también me pasaron cosas y ahora estoy muy agradecida con Sarmiento que me dio un lugar, me da comida y eso se agradece un montón. Si Sarmiento no hubiese hecho esto yo no estaría acá. Pero el momento más feliz te lo voy a contar cuando ascendamos.

-En lo poco que te vi jugar, una transmisión muy difícil de seguir contra Claypole y un partido contra una juvenil masculina de Independiente de Junín, te tiraste de extremo por izquierda, también mediocampista. Pero tenés mucho de centrodelantera. ¿En qué posición crees que te van a pedir jugar más?

-Porque soy más delantera. Ojalá me toque ser la delantera de referencia. Pero también me adapto al juego que el cuerpo técnico quiere de mí. Si ellos necesitan que juegue más por la banda lo puedo hacer.

-Es que tenés una zancada soñada para hacer la banda…

-Y bueno, es que eso es lo que vieron ellos para ponerme en la posición que vengo jugando hasta ahora. Si se da ir de delantera, feliz.

Foto de Brenda León – Club Atlético Sarmiento

-Si te toca ser la nueve, ¿es una presión extra reemplazar a la que muy probablemente haya sido la mejor jugadora de Sarmiento en el torneo pasado?

-No, presión no. Ni siquiera se piensa. Yo jugué siempre de delantera. En Platense empecé a jugar más por afuera, pero también me pusieron de nueve y fue cuando debuté con gol.

-¿Volver a River en el último amistoso que salieron a jugar te generó algo especial?

-No. Cuando entré a esa cancha, en la que jugamos un amistoso contra Excursionistas, me trajo recuerdos lindos porque ahí mismo llevé puesta la camiseta de River. Pero más que eso no.

-Me dijiste que tuviste Covid, así que de la vuelta a los entrenamientos te perdiste prácticamente todo…

-¡Sí, tengo una bronca! Saber que, si Dios quiere, dentro de poco va a arrancar el torneo y estar acá encerrada sin poder entrenar me dio mucha bronca.

-¿De nuevos amistosos todavía no se habló nada?

-No. En sí nosotras los jueves hacemos amistoso con la novena masculina de Sarmiento. Como yo ahora no estoy yendo a entrenar no se qué se habrá hablado. Pero amistosos contra otros equipos no sé nada. Igual nos re sirven esos amistosos contra los chicos. De todas formas, hacer amistosos contra otros equipos de la categoría es importante, más para nosotras las nuevas que todavía no los conocemos. Teníamos un partido contra Vélez antes que se frene todo. Después se suspendió y hasta ahora no tuvimos novedades. Es más difícil sin partidos, pero a mí me re gusta entrenar y cuando entreno pienso en el torneo, en que quiero estar lista.

-En lo poco que han podido hacer de fútbol formal, ¿ya hay alguna compañera con la que sentís que te entendés muy bien en la cancha?

-Siento que todavía falta que hagamos partidos y a mí me falta un montón con las chicas, seguir conociéndolas. Sí siento que nos vamos a entender bien, porque en algunos partidos ya nos entendimos, con Meli (Garialdi). Es una genia. Yo siento que toca la pelota y me quedo re tranquila. Me pasa que a veces lleva la pelota y quedó ahí mirando a ver qué va a hacer, jaja.

-¿Sentís que tus compañeras tienen altas expectativas con lo que le podés llegar a dar al equipo?

-Todavía no me pasa, pero yo creo que sí confían en lo que puedo dar. Yo en una charla que tuve con ellas les dije que acá llegué por algo y lo quiero cumplir con ellas.

-¿Hace mucho qué jugás al fútbol? ¿Cómo fueron esos inicios?

-Arranqué a los cinco años. Mi vieja, Patricia, siempre jugó al fútbol. Me empezó llevando una amiga de mi mamá y arranqué ahí. Siempre me iba a la placita a jugar con los nenes. En vez de ir a los juegos me metía con ellos a jugar a la pelota. Ya a los 10 años mi mamá me dice que quería que juegue con ella y sus amigas. A la vez, cae mi tía y me dice si quería conocer el mar. Justo nos íbamos un día antes que mi mamá juegue. La pensé y le dije tía, me voy con vos porque andá a saber el día de mañana cuándo voy a volver a tener la oportunidad de conocer el mar. Me fui y al otro fin de semana que volvimos hubo partido. Fui a la cancha con mi mamá y estuve en el banco, en un torneo familiar que se hacía. Cuando la vi a mi vieja jugar al fútbol, ¡no sabés! Nunca pensé que iba a ser tan grosa jugando. Ese día fue lo más y ahí supe que yo quería jugar al fútbol.

-¿Llegaste a compartir equipo con tu vieja en un torneo de Liga?

-No, por desgracia. Jugué dos o tres veces con el equipo de mi mamá y después se desarmó. Mi mamá ya no jugó más. Mi abuela me contaba que mamá también arrancó a jugar muy de chica, me mostraba fotos. Ya después de ahí ella empezó a tener algunos problemas de salud. Hasta el día de hoy está ahí dándolo todo. Yo siempre digo que todo esto es gracias a ella y me emociona mucho. Ya después me acuerdo que llegó una amiga de mi mamá y me invitó a un equipito que estaban armando para entrar a un torneo barrial. Obviamente dije que sí. Yo venía jugando en la escuela de campo a la que iba con mis compañeros y en la plaza del barrio, todos los días. Me acuerdo que ese equipo entrenaba muy lejos de mi casa. Pedí una bici prestada y fui. Ahí estuve entrenando y me mantuve cinco o seis años jugando ese torneo, con dos equipos diferentes. Primero con Las Leonas y después con otro que se llamaba Franquito. Después salió que se armó Liga acá en Olavarría y representamos al Barrio Matadero. Tres años jugué en Liga hasta que después me fui a Embajadores, si mal no recuerdo. Estuve poco tiempo porque después cambiaron de DT y casi todas las jugadoras nos fuimos a Racing de Olavarría. También fui parte de la Selección de Olavarría cuando arrancó, hace como tres o cuatro años. Llegábamos a la final y siempre nos quedábamos ahí. Eso fue un garrón. El último partido que recuerdo fue una final que nos ganó La Plata.

-¿Lo que más cuesta ahora es estar lejos de tu mamá?

-Sí, porque yo antes de venirme para acá estuve siempre cerca de ella porque está muy mal. Tiene tres hernias de disco y desgaste de columna. Saber que ella no puede andar como antes, verla quieta, es muy duro. Ahora está con un tratamiento y me comentó que el 13 la van a operar. No sabemos si va a quedar sin poder caminar. Cuando me vine para acá estuve mucho tiempo buscando gente que me ayude a conseguir y comprar los medicamentos. Me dolió mucho venirme porque ya no pude seguir ayudándola.

-Imagino que es tu hincha número uno…

-Sí, mi mamá sí. Aunque es dura. No en decirme o corregirme cosas del fútbol, porque en su momento le gustaba mucho pero ahora ya no mira partidos ni nada de eso. Ella se quedó con esa linda imagen de todo lo que vivió de chica. Pero es dura en demostrar los sentimientos. Igual me apoya un montón y me lo dice.

Por Juani Portiglia

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