El vestuario de San Antonio no es precisamente una fiesta, aunque lo que reina sobre el piso alfombrado -al que se llega no sin antes pasar por una carpeta afelpada de bienvenida de color gris con la espuela insignia del equipo- es la calma.
Se respira en el aire no satisfacción pero sí tranquilidad por haberse ido, en clara inferioridad de condiciones, con la frente alta de la casa del campeón.
Con un triunfo en casa en buena forma y un muy buen partido como visitante, pese a la derrota final que tomó forma de eliminación.
En ese contexto llega Emanuel Ginóbili a ponerles palabras a las sensaciones, a transmitir la sapiencia que dan los años y ser capaz de evaluar y reflexionar aunque hace sólo unos minutos terminó un partido decisivo.
“Me deja tranquilo la respuesta del equipo. Hicimos una buena serie y eso me deja tranquilo”, remarca el argentino con mucho de lógica.
Siempre competitivo, independientemente de las circunstancias, también analiza: “Fue una lástima, estuvimos tan cerca, peleamos tan duro… Hicimos un buen partido, peleamos y dejamos todo lo que teníamos”.
Las sensaciones de aquel triunfo del domingo, emotivo e importante pese a que al cabo no sirvió para una remontada que sigue sin producirse en la historia de la liga, son positivas.
Dice Manu: “Terminar así siempre es menos doloroso porque podríamos haber perdido 4-0. Siempre es mejor competir y da una cierta satisfacción por el trabajo realizado”.
Aunque de inmediato acepta las cartas de la baraja: “Así y todo, perdimos igual. Y sentía que teníamos una mayor esperanza porque el hecho de que [Stephen] Curry no jugara”. Se refiere a la máxima figura del rival, que se perdió la serie contra San Antonio por lesión.
Para la franquicia toda será hora de balances y evaluaciones y, claro, de pensar en lo que viene.
Pero esto último lejos está de ser una prioridad para el bahiense: “En este momento no tengo ningún interés de pensar en la próxima temporada, ahora tenemos una especie de mini luto”.
El abrazo con Kevin Durant. (EFE)
Respecto al análisis de la temporada, la mirada que Ginóbili ofrece dice que tuvo varias aristas: “Arrancamos muy bien, llegamos a estar terceros y después tuvimos un arranque de año complicado, perdiendo muchos partidos, algunos que no deberíamos haber perdido. Después nos recuperamos y peleamos con una mayor escasez de talento ofensivo que los demás equipos”.
Y en ese contexto, sin echar culpas porque no es su estilo, sino consciente de la realidad que implicaba no contar con la estrella Kawhi Leonard, reflexiona: “Todos los demás equipos tenían ese jugador al que darle la pelota cuando necesitás definir un juego. Eso no lo teníamos nosotros, o lo teníamos con LaMarcus pero de espaldas al aro, algo que es mucho más complicado en la NBA de hoy; por eso nos costó anotar”.
El ícono de San Antonio cuenta que cerró la temporada en unos “seis puntos” en lo físico. No dice que tenía una molestia en un pie, por lo que llegó a la charla con la prensa luego de trasladarse con una tenue renguera.
Ettore Messina (el entrenador en los últimos 3 juegos de los Spurs por ausencia de Gregg Popovich tras la muerte de su esposa) lo reconocería unos minutos antes, al decir que “Manu tenía un problema en el pie, no se sentía bien pero decidió que quería jugar. Es otra prueba incuestionable lo que es como hombre y como jugador”.
Y al cabo, ya eliminado podrá volver a vivir un poco más tradicionalmente, alejado de esa vorágine que la NBA imprime en las existencias de los protagonistas.
“Haré un poco de vida familiar, dormiré en mi cama, estaré más tiempo con los chicos, que es algo que durante el año lo podés hacer pero ya en el final de la temporada, en playoffs, cuando hay mucho que ajustar, no estás tan presente. Haré cosas de familia que el último mes no pude”.