Lo que en la mayoría de los clubes de la élite europea, así como en los de los Estados Unidos, es una práctica habitual, en Argentina parecería seguir siendo un tema tabú. Gran cantidad de estudios confirman la influencia del ciclo menstrual en el rendimiento de una deportista y es por eso que se hace tan necesario poder diferenciar para igualar.
Así lo entendió Roxana Vallejos, la entrenadora que hace solo un par de días renovó hasta 2021 su vínculo con Rosario Central, el único club del interior del país que participa en la Primera División semiprofesional del fútbol argentino. Y detalló el método en la primera charla del Capítulo Deportes organizado por All Ladies League y WEF Argentina, sobre el desafío de ser DT mujer.
«Era algo fundamental, algo que estaba muy descuidado en el deporte de la mujer y que creo es sumamente importante poder investigarlo y que sea causal de mejora, para potenciar a nuestras jugadoras. En ese proceso estamos. Investigando, creando nuestras fuentes y sacando el tabú que tiene todo este tema, que a muchos les cuesta trabajar y que mucho tiene que ver con una falta de conocimiento«, le contó a Carolina García, la moderadora del debate del que también participaron Vanessa Arauz, entrenadora de Colo Colo; y Patricia Campos, entrenadora española que ha llevado el fútbol hasta Uganda en una cruzada con fuerte contenido social.
Vallejos aclaró que nunca tuvieron intensión de imponer el método, más allá de creerlo sumamente necesario, sino que fueron trabajándolo con sus jugadoras desde el respeto, sabiendo que podía existir la posibilidad de que alguna de ellas no quisiera compartir información sobre su cíclo. «Fue una sorpresa para nosotros que todas estuvieron dispuestas a que podamos llevar ese método de control», reconoció.
Y agregó: «Es una metodología que utilizamos antes que nada capacitando a las jugadoras. Con el pasar del tiempo, ellas mismas anotaban en una planilla en el entrenamiento y nosotros lo que hacíamos era chequear y marcarles a ellas de acuerdo con la fase en la que se encontraban, una actividad específica para trabajar en el entrenamiento. Ellas entendieron el concepto y también se sintieron contenidas como jugadoras».
Los resultados de este sistema no tardaron en llegar y rápidamente arrojó las primeras conclusiones: «En la primera etapa de evaluación que tuvimos encontramos muchas coincidencias. Por ejemplo, en los mejores partidos había varias jugadoras sincronizadas. También entendemos el por qué de algunas desconcentraciones o torpezas a la hora de entrenar», concluyó.
+Mirá completo la primera charla del Capítulo deportes de WEF: El desafío de ser DT mujer.