Desafío financiero: ¿Plazos fijos o billeteras virtuales? Analizamos qué opción rinde más en el contexto de la baja de tasas de interés

Con un recorte del 10% desde el 80% nominal anual previo, las instituciones financieras han comenzado a ajustar sus políticas de intereses, afectando tanto a los plazos fijos como a las billeteras digitales.

El Banco Central, en su última decisión, no solo redujo la tasa de referencia económica, sino que también eliminó la obligación de los bancos de mantener un piso mínimo para los plazos fijos. Esto, en un esfuerzo por fomentar la competencia y reducir los intereses pagados por los pasivos remunerados.

Esta medida ha tenido un impacto directo en las billeteras virtuales, que ofrecen una alternativa atractiva para aquellos que desean invertir su dinero con mayor liquidez. La flexibilidad para recuperar fondos sin esperas es una ventaja clave de estas plataformas frente a los tradicionales plazos fijos.

Sin embargo, la reducción de tasas también ha alcanzado a estas billeteras digitales. El Banco Central ha modificado el encaje sobre los saldos en cuentas remuneradas de fondos comunes de inversión de money market, pasando de un 0% a un 10%. Esta medida, según el comunicado oficial, busca normalizar el tratamiento regulatorio prudencial de cuentas de naturaleza similar.

Como resultado, plataformas como Mercado Pago, Personal Pay o Ualá, entre otras, se ven afectadas, ya que ahora deben mantener un porcentaje de los fondos encajados en el BCRA. Esto conlleva a un menor retorno inmediato por las inversiones en fondos comunes de inversión y, por ende, a una disminución en los rendimientos ofrecidos a los usuarios.

A modo de ejemplo, algunas de estas plataformas ofrecen ahora tasas anuales ajustadas, como el 72% en el caso de Mercado Pago o el 73,52% en Ualá. Esta situación plantea un escenario desafiante para los inversores, quienes deben evaluar cuidadosamente dónde colocar sus fondos en busca del mejor rendimiento posible.

En resumen, la decisión de dónde invertir se vuelve más compleja en un contexto de tasas de interés en descenso. Los inversores deben considerar no solo la rentabilidad ofrecida, sino también el grado de liquidez y los posibles riesgos asociados a cada opción disponible en el mercado financiero.