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«Claves para ser feliz y no morir en el intento», por Isabel Muñoz Marcos

Locales

La felicidad es el bien más preciado según Aristóteles.

Ser feliz significa auto-realizarse, alcanzar las metas propias de un ser humano.

Aristóteles, discípulo de Platón, sostenía que todos los hombres perseguían la felicidad, unos son felices ganando dinero; otros, recibiendo honores, y otros viajando. Pero para eso hay que conocerse bien a uno mismo, es fundamental saber cuál es el camino que queremos seguir para poder activar la brújula interior que sugiera la dirección, ya que es sumergiéndose dentro de nuestro ser que podemos visualizar “como” alcanzar la felicidad ya que cada uno posee el don de su propia felicidad.

Hay que tener en cuenta que los diseños de la felicidad siguen patrones de época, el deseo, gran disparador de la felicidad, lanza sus dardos conforme a lo que la época ofrece. El someterse a las leyes del deseo puede deberse al instinto de esclavitud, a la vanidad, al egoísmo, al fanatismo o a la irreflexión.  Puede tratarse de un acto de vacío existencial  o de un sometimiento a la mirada del otro, pero eso,  nunca es el camino hacia la felicidad

Lamentablemente la configuración dominante de la felicidad en tiempos de conductas compulsivas, suele formularse en torno a lo que podemos comprar, en consecuencia, si no compro, no logro ser feliz

Es que  nos venden una vida mejor, nos venden juventud eterna, vitalidad, belleza, caminos exitosos, con la sola compra de un producto cualquiera

Por otra parte y sin intentar sesgar la realidad, es necesario sobrevivir en este mar  de competencias absurdas con el mayor nivel de positivismo posible como una especie de “salva-emociones” que nos permita mantenernos a flote

No es que el optimismo sea la solución a nuestros problemas, pero… acaso  ¿lo es el pesimismo? Si estamos ante una situación crítica: ¿qué haremos si pensamos que todo va a ir a peor? ¿Y si creemos que no podemos hacer nada por cambiar (y menos por mejorar) la situación? ¿Y si me siento vencido por la situación y bajo las defensas, me acerco a la felicidad?

Por lo mismo, intentar ser feliz sin sufrir en el intento, sin padecer envidia, sin caer en depresión por no alcanzar la meta, sin desesperar por lo que “creemos” nunca llegará, sino asumiendo nuestras limitaciones y pretendiendo volar hasta donde soportaran nuestras alas, nos hará menos infelices.

Estilo Pesimista: “Durará para siempre, lo va a socavar todo y es culpa mía, no hay nada que hacer

Estilo Optimista: “esto también pasará, no tiene por qué afectar a mi vida, no ha sido culpa mía, sé que podré manejarlo

Podemos decir que existen seis claves principales para sentirse un poco más afortunado

1_Perdonar  nuestros  fracasos.

Es imposible la inmunidad a  las emociones negativas, necesitamos aceptarlas, asumirlas, se trata de darnos el derecho a “ser humanos”; los efectos del perdón, han sido estudiados encontrando que los bajos niveles de este hacia uno mismo se relacionaban con la presencia de trastornos como la depresión, la ansiedad y la baja autoestima.

2. Agradecer. Cosas grandes y pequeñas. La gratitud trae felicidad, la ciencia lo dice; hace algún tiempo se realizó un estudio entre personas a las que se les colocaba como tarea agradecer por tres cosas todas las noches durante 21 días. Al concluir el estudio se comprobó que estas personas habían incrementado su nivel de satisfacción y felicidad ante la vida

3. Hacer deporte. Para que funcione basta  con practicar un ejercicio suave como caminar a paso rápido durante 30 minutos al día para que el cerebro secrete endorfinas, esas sustancias que nos hacen sentir “drogados” de felicidad, porque en realidad son unos opiáceos naturales que produce nuestro propio cerebro que causan placer,

4. Simplificar:. “Identifiquemos qué es lo verdaderamente importante, y concentrémonos en ello”, propone Tal Ben-Shahar. Ya se sabe que “quien mucho abarca, poco aprieta”, y por ello lo mejor es centrarse en algo y no intentarlo todo a la vez. Y no solo en el trabajo, sino también al área personal y en el tiempo de ocio

5. Aprender a meditar. Este sencillo hábito combate el estrés;  la práctica continuada de ejercicios de meditación contribuye a afrontar mejor los  de la vida, superar las crisis con mayor fortaleza interior y ser más nosotros mismos bajo cualquier circunstancia”, creando  un momento adecuado para orientar nuestros pensamientos hacia lo positivo, aunque el optimismo no  llegue a garantizar el éxito, sí le aportará un grato momento de paz.

6. Practique una nueva habilidad: la resiliencia. La adversidad debe movilizar los instintos innatos de la adaptación que todos llevamos integrados en nuestro cerebro. Afinar las  emociones en busca de estrategias de afrontación y asumir todo lo ocurrido nos llevará poco a poco a avanzar, dejando que el transcurrir de los días vaya transformando el horizonte

  «Felicidad no es hacer lo que uno quiere sino querer lo que uno hace.» — Sartre 

Isabel Muñoz Marcos

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