Una serie de detonaciones comenzaron sentirse en casi toda la ciudad, pusieron en alerta a los juninenses, sobre todo a sectores cercanos al Barrio Almirante Brown. Muchas versiones circulaban de boca en boca y a través de las redes sociales pero con el correr de los minutos, los hechos iban tomando forma al tiempo que se conocían datos precisos.
La historia comenzó cuando a las 3 de la madrugada, una mujer llamó al 911 porque sentía ruidos en el patio de su casa, en la manzana delimitada por las calles Bozzetti, Vicente Peira, Alberdi y 1° de Mayo.Un móvil del Comando Patrullas se dirigió al domicilio y como sucede en estos casos, les abrieron la puerta para permitir el ingreso.
La sorpresa se la llevarían cuando al acceder al patio, no iban a encontrar intrusos sino dos explosivos que llamaron la atención de los funcionarios. A partir de allí iba a cambiar la jornada tal como seguramente la habían planificado los vecinos cuanto menos de las inmediaciones.
En pocos minutos, fue necesario convocar más móviles, alertar a la justicia, y reclamar la presencia de una unidad de la Brigada de Explosivos Una vez constatadas las características del material, los expertos evaluaron los pasos a seguir.El hecho de tratarse de explosivos viejos –serían bombas tipo mortero de 155 mm.-, los hacía más inestables y lo aconsejable en esas circunstancias es moverlos lo menos posible y efectuar detonaciones controladas.
Fue necesaria la colaboración de la Municipalidad de Junín, que mediante el uso de una retroexcavadora cavó un pozo en el terreno baldío ubicado sobre 1° de Mayo, que iba a ser utilizado para detonar los explosivos.Otros grupos de uniformados, se abocaban a golpear puerta por puerta de las viviendas vecinas para evacuar la zona preventivamente.Hubo cierto grado de tensión entre las personas que dejaban sus casas y los moradores de la propiedad en la que se encontraron los explosivos.
Al tiempo que el poseedor de los objetos quedaba detenido y a disposición de la Justicia Federal, su mujer era retirada de la zona ya que producto de la tensión que se vivía en el lugar, estaba siendo agredida verbalmente por los afectados indirectamente.Tomando los recaudos de rigor, un comisario de Explosivos junto a su personal, fueron trasladando del patio hacia el terreno baldío las bombas-morter, para su detonación.Así, desde minutos antes de las 7 de la mañana y hasta pasadas las 8:30, se registraron cuatro explosiones.
En tres oportunidades se actuó sobre la primera de las bombas-mortero hasta que se alcanzó el objetivo. La explosión generó una onda expansiva que terminó rompiendo gran cantidad de vidrios en muchas de las viviendas del barrio.El segundo explosivo estaba hueco. Ya para ese entonces la información se multiplicaba por toda la ciudad al tiempo que se hacían virales imágenes tanto del baldío como del hombre que ya para esa hora estaba detenido.
Una vez identificado, se estableció que había formado parte del Ejército y que no tiene antecedentes.En las próximas horas deberá prestar declaración indagatoria ante el Juez Federal de Junín, Dr. Héctor Plou quien resolverá su situación ya que está prohibida la tenencia de explosivos como los hallados.La normalidad llegaría al barrio cerca de las 9 de la mañana aunque ya para esa hora se multiplicaban las quejas de la gente que no sabía a quién reclamarle por la reposición de los vidrios de sus casas dañados por la onda expansiva.
