Este viernes falleció a la edad de 71 años el popular y querido cantante Paco Maracaibo, nombre artístico de Francisco Sierra. Sus restos son velados en sala 1 «A» de la empresa Dos Reis Hermanos, Rivadavia 765, hasta mañana sábado a las 11.
La familia de Paco comunicó la lamentable noticia: «Comunicamos a todos los amigos que Paco Maracaibo, Francisco Sierra, falleció en el mediodía de hoy. Tenemos un dolor enorme, pero no queremos dejar de agradecer muchisímos los saludos, las cadenas de oración, la buena energía y pensamientos que nos han transmitido decenas de amigos. Familia Sierra».
Un profundo dolor entre los juninenses y en la comunidad artística en particular produjo el deceso de Paco. Estos son algunos de los mensajes que artistas juninenses han venido publicando en las redes sociales desde que se conoció la triste noticia.
Paco Maracaibo fue un referente de la música juninense y regional de los últimos cincuenta años y precisamente el aniversario musical de Paco era el Día de la Música: el 21 de noviembre.
Paco nació en el año 1948, fruto de la pareja compuesta por el ferroviario Manuel Sierra y la ama de casa Tránsito Agüero, quienes tres años después le dieron a su única hermana, Alicia Matilde. Se crió en el hogar paterno de calle Maipú, entre Belgrano y Lavalle, a metros de la cancha de Jorge Newbery.
“La única condición que ponía mi viejo era que terminara el secundario y en un momento se me puso difícil porque estaba lleno de shows, hacía el mismo estilo que ‘Sandro y Los de Fuego’, usaba ropa ajustada y estaba muy en línea, no tenía esta buzarda. Pero pude terminar los estudios en el Colegio Normal – Nacional, donde también había hecho el jardín de infantes y la primaria”, recordó con orgullo Paco en un reportaje publicado en el diario Democracia.
Maracaibo empezó a actuar a los 15 años, con un señor Lomónaco que tocaba el acordeón. Se acuerda de que en esa banda también estaban un tal Salinas, que tocaba la guitarra; él mismo, que tocaba la batería y cantaba, y “otro muchacho” cuyo nombre no le viene a la mente.
“Tocábamos sin amplificación, sin nada, porque lo único que había eran esas bocinas que hasta hoy son usadas por los pescaderos que se paran con la camioneta en la esquina del barrio para anunciarse ante los vecinos. Te ponían un microfonazo bien grande y eso tomaba todo… supuestamente, porque la realidad era que te escuchaba el de la primera fila y el de atrás bailaba de memoria”, evocaba en esa nota, entre risas.
“Paco” afirma que empezó muy chiquito a estudiar música, pero pasaban los años y todavía no había salido a la cancha, no tenía práctica. “Me acuerdo que uno de mis primeros bailes fueron en General Viamonte, en lo que se denominaba ‘La Tribu’, donde hacían bailes una vez por mes todo el año. El techo eran las estrellas y alrededor había bolsas, entonces cuando tocábamos en julio, la batería, que tenía parche de cuero, se empezaba a desinflar y hacía saltar el agua del rocío”, señala, rematando otra anécdota.
“Eran orquestas características, como la de Feliciano Brunelli, o sea agrupaciones que se armaban para tocar para la gente que venía del exterior. Se hacía mucho pasodoble y otros ritmos españoles, italianos y rusos, porque muchos inmigrantes venían de esos lugares escapando de las guerras o buscando un destino mejor. En esa época se usaba el piano grande de madera. Vos no sabés lo que era cargar semejante aparato en los trailers y llevarlo por los caminos hechos pedazos para llegar a otro pueblo. Salías de un pozo y te metías en otro, los pobres pianos llegaban muy lastimados”, describe, siempre con un tono de comicidad.
“Tuve la suerte de que de chiquito me gustó actuar y eso me ayudó a no inhibirme, porque muchos fantasean con subirse al escenario pero cuando tienen que enfrentar al público por primera vez les cuesta. Yo a esto lo veo con mis alumnos de canto, les gana el pánico escénico. Y los entiendo porque no es fácil, es una lucha entre los que te están viendo y vos. Si te imponés y lográs que lo que hacés sea escuchado y aceptado, eso quiere decir que triunfaste”, aseguraba.
Después de su estadía con Lomónaco, Maracaibo incursionó en bandas de la época, como “Los Crazy Cats”, “Los Kings”, y “Los Teddys”. “Con esos grupos recorríamos todo el país. Yo siempre digo que si hubiéramos estado manejados por un buen manager o agencia, como los grupos de ahora, hubiéramos trascendido a nivel internacional. Incluso me enteré tiempo después que las ofertas habían estado pero quienes nos representaban no nos habían dicho nada, preferían hacernos trabajar como locos por dos pesos”, rememora.
En “Los Kings”, Maracaibo alcanzó su sueño máximo: cantar. “Yo salvaba las papas cuando el cantante no venía y después de un tiempo quedé como titular”, explica.
Más contemporánea es su aparición como solista, ya metido de lleno en el género de la cumbia y el cuarteto. “Promediando los setenta, esta zona se empezó a llenar de bandas que tocaban ese estilo (Osvaldo ‘Corazón’ Gaitán, Rubén ‘Sensación’ Citterio, Mary ‘ La Dulce, entre otros) y hubo que virar para ese lado porque era algo que gustaba mucho. Si no, no había laburo. Ahí arranqué como ‘Paco’ Maracaibo y hasta ahora sigo haciéndolo, porque es una actividad que me encanta», expresó apasionado en la nota publicada por el diario Democracia en la edición del 4 de enero de 2015.