La transición en River es mucho más confortable de lo que muchos imaginaron. Se asienta sobre rendimiento y resultados que alimentan la tranquilidad. La misión parecía bastante complicada. Pero Martín Demichelis partido a partido le da su impronta al equipo. Se nota en el funcionamiento y también en algunas decisiones de peso entre nombres que fueron y vinieron. Quizá allí esté el secreto de una base que empieza a solidificarse.
La victoria ante Sarmiento, en Junín, no solo dejó al equipo de Núñez al tope de las posiciones, a la espera de la suerte de San Lorenzo, que hoy visitará a Newell’s, sino que le dio otra dosis de confianza en cuanto a los modos y las formas de encarar todo lo que vendrá.
River tuvo la capacidad de recuperarse de algunas dudas lógicas después del cambio de ciclo. El aura de Gallardo aún revolotea por el club y estos primeros tiempos de Demichelis son fundamentales para construir los pilotes de una estructura mucho más confiable. Los resultados afirman los trazos y los conceptos empiezan a verse con mayor nitidez. Algunos rasgos se conservan, por supuesto, pero los nuevos también afloran de la mano del entrenador.
Se habla de la ubicación de Casco como lateral derecho, con Enzo Díaz por la izquierda; de la confirmación de la zaga, con González Pirez y el chileno Díaz; en el medio, trata de rodear a Enzo Pérez con colegas de quite y juego, como Aliendro y Nacho Fernández, todos rotan y cambian las posiciones según la lectura del juego, y, adelante, se destaca la irrupción de Beltrán, que dejó entre los suplentes a dos hombres de selección: el colombiano Borja y el venezolano Rondón. La solución ofensiva estuvo en casa.
Sarmiento es un rival complicado por la dinámica y la presión, con un mecanismo trabajado. Tiene siempre la pelota entre cejas y no duda en el momento de correr y poner la pierna fuerte. Pero el equipo de Junín también sabe moverse en bloque y desplegar un interesante movimiento en velocidad, sobre todo cuando encuentra a los adversario a contra pierna. Carece de una elaboración estética, pero se lanza decidido sobre el área.
El conjunto verde debió espantar rápidamente cualquier idea especulativa. Una mano de García dentro del área terminó con el gol de penal de Beltrán. No habían transcurrido ni diez minutos y River ya había conseguido la primera llave de un partido que amagaba con volverse estudiado y trabado. A los 21 años, el delantero parece haber encontrado el equilibrio justo para quedarse con el puesto durante un largo rato. No solo por los goles, sino que sabe asociarse con pivoteos y toques de primera, sino también porque le da al equipo mucho oxígeno con un despliegue entre líneas.
River fue más filoso y estuvo cerca de ampliar el resultado con dos apariciones de Beltrán –pases de Aliendro y Nacho Fernández– bien resueltas por Meza. Sarmiento no se quedó e insistió con sus herramientas. De hecho, Armani se hizo notar con dos salvadas en un minuto, ante Gallardo y Gondou. El arquero, precisamente, aparece en los momentos justos y se volvió una figura invisible. Los de Junín demostraron que no les hacía falta un gran dominio de la pelota para acercarse con peligro. La tónica del desarrollo estuvo bien definida.
En esos ensayos que encara Demichelis también está la posibilidad de jugar con dos centrodelanteros. Esta vez tuvo la oportunidad Rondón, que ingresó por Paradela, con el objetivo de sumarse a Beltrán para darle mayor potencia a la ofensiva. Pero no fue Rondón el que desequilibró, sino otro de los ingresados: Palavecino, que venció a Meza con un tiro esquinado, después de una jugada enredada y con rebotes. El segundo gol marcó una tendencia que ya no tuvo vuelta atrás.
El recambio será otro punto a favor para los Millonarios a medida que transcurran las competencias. Sobre todo con la Copa Libertadores a la vista. Las lesiones y las suspensiones, seguramente, obligarán a los retoques. Y será importante mantener la puesta a punto física y la motivación de aquellos que juegan menos. El plantel precisará de todos los protagonistas y sus variantes. En ese sentido, la vuelta de Matías Suárez, tras una larga inactividad entre las constantes lesiones, quedó como otro de los detalles optimistas para Demichelis. Solari también entró movedizo y estuvo a punto de conseguir el tercer gol, pero el esfuerzo de Meza lo privó del festejo.
River hace su camino en la Liga Profesional. Las señales son cada vez más continuas e interesantes. El convencimiento aumenta justo cuando está por entrar en la etapa que más le interesa, la del terreno internacional. Será cuestión, entonces, de sostener el impulso.
Por Francisco Schiavo
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