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Serena Pedersen, una delantera que tiene con qué creer

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El pasado domingo, en el Eva Perón, la tandilense Serena Pedersen tuvo la oportunidad de disputar su primer partido como titular con la camiseta de Sarmiento en Primera B y la aprovechó no solo estrenándose en las redes del fútbol de AFA sino incluso anotándose un doblete para el triunfo 3-1 ante Defensa y Justicia.

La ex-Juventud Unida y Selección de Tandil logró demostrar y demostrarse que tiene mucho para aportar al equipo justo antes del inicio de la fase más trascendente del torneo, ya que nada más resta una fecha para que los seis mejores equipos de cada zona comiencen a competir por el ascenso.

El gol es liberador para cualquier delantera. Aunque Serena no acostumbre gritarlos, por dentro hizo pedazos las cadenas que aprisionan, para a partir de ahora correr libre a seguir cumpliendo esos objetivos que se traza pequeñitos, como si cada fin de semana hubiese un nuevo sueño para ella.

-Antes del partido, ¿qué te generó saberte titular por primera vez?

-Lo primero que me generó fueron nervios, pero con muchas ganas. Lo quería. Era una posibilidad que más que nada quería aprovechar. No siempre vamos a tener esa oportunidad y sabía que tenía que aprovecharla al cien.

-Hay jugadoras que necesitan mucho de ese partido completo. Otras que son explosivas y aprovechan muy bien entrar de cambio, aprovechando el desgaste del rival. ¿En dónde te ubicás?

-A mí me pasa que me siento muy diferente en cada caso. Cuando entro de titular tengo esos primeros minutos para adaptarme. Cuando entro de suplente, sobre todo si son pocos minutos, es como que cuando te empezás a adaptar se te termina el partido. Creo que me cuesta un poco el entrar de cambio, que me pone más nerviosa.

-¿Sentís que parte de ese nerviosismo se va a empezar a ir ahora que te probaste a vos misma lo que le podés dar al equipo?

-Al principio, cuando tuve mis primeros entrenamientos acá, me pasaba. Me ponía re nerviosa en los entrenamientos y es algo que superé. Ahora es algo que me pasa en los partidos y creo que también lo voy a ir superando partido a partido.

-Dos goles no están mal para empezar…

-Jaja, ¡no!

-Me llamó mucho la atención que cuando metiste el primer gol, que abrió el partido y era el primero para vos en AFA, ni lo festejaste. Te quedaste congelada. ¿Tuvo que ver con todo esto que contás?

-¡Sí! Me quedé parada porque en esos primeros minutos yo estaba re mal. Y cuando metí el gol pensé por qué lo tengo que meter yo si estoy jugando re mal. Algo así fue lo que me pasó por la cabeza. Sentía como que no lo merecía. De todos modos nunca soy de festejar.

-De hecho el segundo fue un golazo, yo saldría a colgarme del alambrado, y vos saliste muy tranquila con unos aplausos…

-Jaja, sí. Tiré unos aplausos. Pero nunca soy de festejar mucho los goles.

-En el segundo tiempo, más allá del gol, te noté muy bien. Participativa, encarando. ¿Ya te habías liberado?

-Sí, fue el primer tiempo hasta que metí el gol. Estaba re mal, de verdad. Ahí fue que me solté. Lo que sentía era como que tenía dos pesas en los gemelos que me frenaban. No podía correr. Y cuando metí el gol me fui soltando cada vez más. En el segundo tiempo creo que todas entramos con más ganas de jugar. Lo sentí así. Estuvimos hablando en el entretiempo y nos decíamos eso. Había que entrar a meterle más.

-No puedo dejar de pensar en lo que me dijiste del primer gol. ¿Sentís que por momentos pensás de más?

-Sí, jaja. Ya hasta estuve hablando con mi mamá que tengo que empezar el psicólogo…

-¿Te gustaría que hubiese un psicólogo que trabaje con el plantel? Porque como te pasa a vos, imagino que puede haber muchas circunstancias individuales que después se trasladan a la cancha…

-Yo ya tenía pensado arrancar en Tandil. Creo que sí, es algo necesario y que seguramente se habrá hablado. Yo soy más grande que algunas de las chicas que llegaron y de todas maneras tengo esos nervios y esas ansiedades que me agarran.

-Fue un buen momento para rotar el plantel. Pero a la vez siento que para las que tuvieron la oportunidad podía ser un partido pesado. Porque Sarmiento venía de perder, porque había que defender el invicto como local. ¿Pensaban en todo eso o solo en salir a jugarlo?

-Sí. Igual toda la semana de entrenamiento fue enfocada en el equipo que iba a jugar. Hicimos amistosos. Imagino que cada una tenía ese nerviosismo. De todos modos, yo le tenía mucha fe al equipo. Los entrenamientos habían salido bastante bien. Sentía que nos iba a ir bien. Capaz no tenemos la misma cantidad de minutos juntas que el equipo que suele salir de titular, que es algo que te da otro conocimiento.

-En algunos partidos en los que te había tocado entrar de cambio, sentí que quedabas muy lejos del arco. ¿Cuál es tu puesto?

-Donde he jugado y donde me he sentido siempre más cómoda es como delantera o como extremo. Yo en Juve jugaba de delantera, por ahí más suelta. En la Selección me ponían de volante, pero yo me iba y muchas veces me quedaba de extremo.

-Me tocó ver un trabajo de definición en un entrenamiento y tenés muchos recursos. Lo que me sorprendió en el partido ante Defensa y Justicia es que tenés también mucha velocidad para explotar…

-Puede ser, sí. Cuando me siento bien, cuando no siento esa pesadez que pude haber sentido en las piernas en el primer tiempo, me tengo mucha confianza en ese sentido. Yo sé que de a poquito me voy sacando los nervios y que le puedo aportar más cosas al equipo. También es que cuando me toca entrar con el equipo titular, no es con el que me toca compartir tantos minutos en el entrenamiento. ¿Se entiende? Es como que me tengo que acostumbrar a jugar con Popi (Sofía D’Ambrosio), con La Negra (Lucía Mansilla). Es difícil. Para ellas en realidad, jaja. Es entenderte con ellas.

-¿Cómo se dio tu llegada a Sarmiento?

-Fue raro. Yo soy de Tandil, como Gio (Varales) que es mi amiga. El presidente de Juventud Unida, que es donde jugábamos, hizo que Gio llegue a Sarmiento. Yo le dije que también tenía ganas de probar, pero no quería dejar la Selección en pleno torneo. Además, estaba trabajando y era todo un cambio que tenía que hacer. El presidente habló con Agustín (Lavagnino) y le dijo que había otra jugadora que también quería ir. Él dijo que iban a ver si podían hacer una prueba, mi presidente mandó videos y Agustín decidió que venga. No sé si fue una prueba en sí, fue como que ya vine y me quedé. De hecho la primera semana me fue bastante mal. Lo mismo que me pasó en el partido me pasó en esa semana y estaba como en duda. Pero creo que después me empezó a ir un poco mejor y me terminé quedando. Trato de disfrutar todo. De la competencia, de mis compañeras y de estar acá, que es otra vida.

-Es muy valioso lo que contás del presidente. Habiendo tantos clubes que ponen obstáculos, que se haya preocupado tanto por tu llegada y la de Gio es para destacar…

-Fabio Salgado se llama. Le decimos El Chulo. Es una persona de bien, un capo. Él quiere lo mejor para nosotras. Mientras más puedan obtener del fútbol las jugadoras que pasaron por la Juve, mejor para él.

-¿Y qué querés obtener vos del fútbol?

-Jaja, por ahora estoy bien. Quiero ir de a poquito, superándome. Hoy normalmente estoy entre las suplentes, entonces quiero tratar de llegar a ser titular en Sarmiento. Y así ir creciendo. Los objetivos que me voy poniendo son a cortito plazo.

-¿Qué diferencias encontrás en este nuevo torneo del que te toca ser parte?

-En relación a Tandil, la rapidez del juego. Todo el tiempo tenés que estar presionando. Es otra la velocidad. Capaz que en mi ciudad era más tranquilo. Acá todas las jugadoras son buenas, todas se quieren ganar un lugar. Lo importante es que la competencia es sana y todas quieren lo mejor para el equipo. Eso está buenísimo.

-¿Quién es responsable del Abuela que se escuchó corear después de tu doblete?

-Las chicas de acá de la casa en la que estoy, porque me levanto temprano y cosas así. Y me cantan el “abuela”. Fue quedando. Por ahí al principio me lo decían entre ellas, pero ya después Gio (Varales), La Negra (Mansilla) me lo empezaron a decir en el entrenamiento y ahora cada tanto me dicen Abuela, jaja. Ya quedó.

-¿A qué edad y por qué empezaste a jugar?

-A los 14. Siempre me gustaron todos los deportes, el fútbol desde chiquita. No había hecho fútbol en un club ni es que iba a la plaza a jugar al fútbol, pero dice mi mamá que en todos los cumpleañitos me iba a la canchita de fútbol. No es que pedí empezar fútbol, pero para los 14 ya había dejado de hacer atletismo o hockey y mi mamá llegó con unos folletitos de fútbol y me preguntó si quería arrancar. De todos modos, en ese momento no había tantos equipos como ahora. Yo arranqué con chicas de 25 para arriba, en un club que se llama El Potrero y era fútbol 5. En el fútbol 11 arranqué a los 17 más o menos, ya en la Juve. Y ahí seguí hasta llegar a Sarmiento.

-¿Provincial de Selecciones jugaste solo este último?

-No, jugué también el de 2018. Para el de 2019 me lesioné por esa fecha y no pude estar. También estaba estudiando y tenía que rendir finales. Ya después fue el que terminó este año.

-Me llamó mucho la atención cómo las siguen desde Tandil en redes. ¿Lo notan? ¿Recibiste ese ida y vuelta después del partido?

-Sí. Capaz que mi familia, mucha gente de la Juve y de la Selección. Todo lo que es relacionado al fútbol de allá lo siguen. No existe tanto esa división entre los clubes, sino que vos te alegrás por el otro.

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