Viajes de egresados: todo lo que los padres deben saber antes de firmar el contrato

LocalesProvincialesRegionales

Para los chicos es el viaje soñado que celebra haber llegado al final de un camino. Para los padres, un mundo de sensaciones y preocupaciones: que la empresa de turismo estudiantil cumpla todo lo que vendió, que junto a las autoridades garanticen la seguridad de los estudiantes, que actúen con rapidez y responsabilidad ante una emergencia, que no permitan que ingieran alcohol, tampoco que «tomen» frío, destruyan la habitación del hotel o se peleen con otros colegios. Atención mamás, papás y tutores: arrancó la temporada de venta de los viajes de egresados y lo más conveniente es armarse de paciencia para tomar nota de todo lo que hay que saber antes de firmar el contrato.

Por estos días, los promotores de las empresas están al acecho en las puertas de las escuelas en busca de pasajeros para los viajes de 2018. Y no sólo ofrecen el tradicional paquete a Bariloche. Es que en tiempos de dólar bajo, alta inflación y la posibilidad de pagar en cuotas fijas y en pesos, promocionan destinos en Brasil y El Caribe con costos muy cercanos a los que cuesta una semana en la nieve, donde un paquete básico arranca en los 30 mil pesos, pero con aéreos, excursiones de turismo aventura y demás puede alcanzar los 40 mil y competir cabeza a cabeza con Porto Seguro, Cancún o Punta Cana. Y la seducción marketinera no para: hasta invitan a los padres a formar parte de los «fam tours», viajes de familiarización con todo pago para que conozcan de primera mano los lugares en los que van a estar sus hijos.

Sin dudas, el gasto que implica el viaje es un sacudón para muchas familias que, a pesar de todo, asumen el sacrificio de pagarlo. Por eso hay varias cuestiones a tener en cuenta.

 

Qué hay que tener en cuenta antes de firmar el contrato

Las normas vigentes establecen que los viajes de egresados, tanto de secundaria como de primaria, no pueden ser vendidos por cualquier agencia: tiene que estar autorizada por el Ministerio de Turismo de la Nación y contar con el certificado correspondiente, según el reglamento de turismo estudiantil que se aplica desde 2014. El listado de las empresas (más de 300 en todo el país) se puede consultar en la página oficial del ministerio.

«Esas operadoras deben contar, además, con el permiso oficial para poder comercializar destinos en el exterior. Para conseguirlo tienen que demostrar ante el Ministerio las contrataciones de todos los servicios que ofrecen», explicó a Infobae Diego Benítez, presidente de la Asociación Argentina de Derecho del Turismo.

Al chequear que la empresa está autorizada, se obtiene la primera dosis de tranquilidad: eso significa que la agencia tiene un depósito de garantía en un fideicomiso que asegura el viaje ante un incumplimiento del contrato. Por eso se paga lo que se conoce como cuota cero, que equivale al 6% del valor del paquete del viaje. «Es la primera cuota del viaje y asegura su realización. Si la agencia no cumple con este requisito, puede ser sancionada con multas, la suspensión y hasta la cancelación del certificado nacional», aseguró Gonzalo Casanova Ferro, subsecretario de Calidad Turística de la Nación.

Otra clave para tener en cuenta -sobre todo para los papás que buscan congelar el precio y establecer la cantidad de cuotas a pagar- es que ninguna agencia puede vender viajes con fecha de salida posterior al 31 de enero de 2019. La empresa debe ofrecer, al menos, tres opciones de hotelería con capacidad máxima de 4 pasajeros por habitación y en módulos separados por sexo; un pasajero «liberado» cada 10 (quiere decir que no paga; en general los utilizan los dos acompañantes mayores, padres o profesores, que van con el grupo); un coordinador (mayor de 21 años) cada 35 chicos y si son 36, deben ir dos; más la cantidad de asistentes (mayores de 18) que fija la agencia en función del grupo y las características del viaje.

El modelo de contrato aprobado está disponible en el sitio web de Turismo que para estos casos corresponde el contrato «organizador egresado con preventa». Debe incluir todos los datos de hospedaje, transporte (fecha de salida y regreso), gastronomía, excursiones diurnas y seguros. Para comprender su alcance, Sandra González, titular de la asociación de consumidores ADECUA, aconseja a los padres hacerlo leer por un abogado o pedir asesoramiento en Turismo, o en una oficina de Defensa del Consumidor. «Antes de firmar hay que saber bien qué dicen las cláusulas y la letra chica del contrato», remarcó.

En ese acuerdo, la empresa tiene que informar los datos de la contratación de los seguros que deben cubrir todos los riesgos del viaje: responsabilidad civil, accidentes personales, asistencia médica y farmacéutica, y servicios de asistencia del viajero. «En los destinos del exterior los seguros que se exigen son más costosos precisamente para que alcancen las coberturas necesarias en otro país», apuntó Casanova Ferro. No hay que olvidar que los chicos que viajan al exterior, en su mayoría menores de 18, tienen que tramitar, ante escribano público, el permiso de sus padres para salir del país.

 

El alcohol y los excesos: las mayores preocupaciones de los padres

Sin dudas, las mayores preocupaciones de los padres tienen que ver con los excesos, desmanes y consumo de alcohol y drogas. «En los últimos años se acrecentaron los controles en Bariloche, el ícono nacional del turismo estudiantil que cuenta con legislación propia, estrictos protocolos de procedimiento y discos que cumplen con normas de calidad internacional», enumeró el secretario de Turismo de Bariloche, Marcos Barberis. A partir de mediados de junio la ciudad se prepara para recibir a «más de 120 mil estudiantes, repitiendo los mismos números que el año pasado», apuntó Roberto Bruzzone, presidente de la Asociación de Turismo Estudiantil de Bariloche (ATEBA).

Allí está vigente la ordenanza 1051 del año 2000 que establece inspecciones municipales en los hoteles y en los micros que ingresan a la ciudad para fiscalizar que no se vendan bebidas alcohólicas a menores ni que estén disponibles en los mini bar o en las habitaciones. Desde 2014, se aplica mediante un protocolo que requiere que, al llegar al hotel, los padres o mayores acompañantes de cada grupo firmen una autorización. Si se niegan, el municipio puede acudir a la Justicia para que avale la inspección. «Se realizan entre 3 y 4 visitas por hotel por temporada. El año pasado se hicieron 950, sin intervención judicial. Y la bebida que se encuentra se incauta», informaron desde ATEBA.

También se implementan mecanismos de control para evitar que los estudiantes deambulen por las calles de la ciudad. «Bariloche cambió mucho en relación con los viajes de egresados que hace 20 o 30 años atrás hicieron los papás de los jóvenes de ahora», comparó Benítez. «Almuerzan y cenan en el hotel, no van caminando al restaurante como antes; a las discotecas llegan en transfer; en las excursiones en los cerros hay una ambulancia fija en el parador».

Para el control de los estudiantes también se ha recurrido a las bondades de la tecnología. «En el check-in del hotel a cada chico le colocan una pulsera con un chip que tiene sus datos y ficha médica, y que permite hacer un seguimiento de sus ingresos y salidas del hotel o la disco», describió Gustavo Etchenausse, gerente de la agencia de viajes Flechabus, que comercializa paquetes a Bariloche y Camboriú.

El recurso de la pulsera también se utiliza en los hoteles de Brasil y del Caribe, que en general son grandes complejos con todos los servicios incluidos. La empresa Soulmax, que vende viajes a Bariloche, Porto Seguro, Cancún y Punta Cana, le sumó una aplicación para celulares que permite el ingreso de los padres al sistema de seguimiento de los chicos.

En esos destinos de sol y playa hacen fiestas diurnas a orillas del mar, con espuma y polvos de colores, en las que –aseguran- los chicos no toman alcohol, y tampoco lo hacen en los hoteles. En las discos pueden tomar cerveza y caipirinhas livianas, pero no más que eso, insisten. Todas las fiestas se comparten sólo con chicos de otros colegios que también están de viaje de egresados.

Y tanto fronteras adentro como afuera, las empresas aplican algo que puede aparecer en los contratos: un código de convivencia. «Son reglas para el grupo que están claras de antemano. Por ejemplo, cuenta Felipe Huidobro, socio gerente de Soulmax, «si por caso uno de los chicos tomó de más en la disco, vuelve sí o sí al hotel con uno de sus compañeros de habitación, que es uno de los amigos que eligió para dormir y para cuidarse. Lo hace junto con un coordinador y queda bajo control de un médico».

Los contratos establecen, además, que la empresa se reserva el derecho de expulsar del viaje al pasajero «cuya conducta, estado de salud u otras razones provoque peligro o cause molestias al resto del grupo o pueda malograr el desarrollo del viaje». Regresa a su ciudad junto a personal de la empresa y no tiene derecho a reclamar por los servicios contratados que no recibió. Así de claro.

 

Las cuotas y los pagos online

Quedan algunas cuestiones más para apuntar. Los viajes se pagan hasta en 18 cuotas a través de cuponeras, y recientemente se sumaron los canales de pago online. «Hay que estar atentos a los intereses que cobran en caso de atraso en el pago del primer y segundo vencimiento», adviertió González, de ADECUA. No sólo pone el foco en cuidar el bolsillo, sino también en que los padres acompañantes refuercen el control del comportamiento de los chicos.

Es que la billetera de los padres no tiene respiro. Los hoteles -sobre todo los de Bariloche- piden un depósito para hacer frente a posibles daños y roturas: desde 3.000 pesos por estudiante, que se devuelven al final del viaje si es que todo quedó igual que al llegar.

Hasta que los chicos vuelvan sanos y salvos del ansiado viaje, no dejarán de surgir dudas, inquietudes y preocupaciones en la cabeza de los padres. En tanto, no está de más agendar las vías de contacto del Ministerio de Turismo: 4316-1600 internos 2148/50 (Turismo Estudiantil) o interno 2177 (Cuota Cero), por mail a estudiantil@turismo.gov.ar y al de la Dirección Nacional de Defensa del Consumidor, 0800-666-1518, para denunciar incumplimientos.

Seguir Leyendo:
Locales‎ ‎ |‎ ‎‎ ‎Provinciales‎ ‎ |‎ ‎‎ ‎Regionales
LO MÁS DESTACADO
keyboard_arrow_up