Por Isabel Muñoz Marcos
El Imperativo Categórico es un concepto central en la ética del filosofo Immanuel Kant, el cual pretende independencia de cualquier tipo de religión o ideología: “actúa siempre de modo que tu conducta pueda ser considerada una regla universal”.
A modo simple: “compórtate como te gusta que se comporten con vos” Así es que no es solo no romper ventanas, sino repararlas para evitar males mayores. Asumiendo que somos únicos responsables, de nuestros actos u omisiones, de aumentar el daño o de repararlo.
Vamos al año 1969. Philip Zimbardo, psicólogo de la Universidad de Stanford realizó el siguiente experimento: _Abandonó un coche deteriorado en un barrio marginal de Nueva York, sin chapa patente y con las puertas abiertas y se dedicó a estudiar qué ocurría. A los 10 minutos, empezaron a desvalijarlo. A los tres días no quedaba nada de valor, finalmente fue destrozado…El experimento no finalizaba ahi.
Abandonó, también, otro coche en las mismas condiciones en un barrio de mejor situación socioeconómica en California. No pasó nada. Durante una semana el coche permaneció intacto. Entonces, el equipo, decidió dar un par de martillazos a un vidrio, y fue el disparador que actuó como señal para los”honrados” ciudadanos, ya que, a las pocas horas el coche estaba tan destrozado como el del Bronx.
De este experimento se genera la teoría de las ventanas rotas, confeccionada por Wilson y Kelling: En un principio esta teoría se orientó al tratamiento y estudio de la criminalidad, pero hoy en día su aplicación cubre amplias áreas de la vida: si en un edificio aparece una ventana rota y no se arregla pronto, inmediatamente el resto de ventanas acaban siendo destrozadas. La razón es que esa ventana rota envía un mensaje de deterioro, desinterés, despreocupación, ausencia de normas, incitando al “salvaje” que sobrevive en nuestro cerebro emocional
La lectura que podemos dar a esta teoría apta a nuestra existencia ,por ejemplo: si permites una pequeña transgresión de irrespetuosidad hacia tu persona haciéndote sentir que no vales nada, ridiculizándote, menospreciándote , estas permitiendo que “rompan tus ventanas”, tu edificio emocional va a colapsar porque no hay mensaje que transmita exigencia en el respeto y reparación a tu autoestima, continuaran destruyéndote porque eres quien lo permite; te “romperás” lentamente, y es que, el desinterés , la naturalización del maltrato posibilita que el otro actúe con la impunidad, que le da la falta de límites a su destrato, y, en consecuencia , de romper muchas más “ventanas”
Debemos aprender a decir “basta”, a no dejarnos arrastrar por corrientes tóxicas y a enviar mensajes claros de nuestro amor propio, y del Derecho a vivir en paz y con la dignidad que tod@s merecemos… _“una manera de vivir en la que puedas mirar fijamente a los ojos de cualquiera y mandarlo al diablo”.