Los hermanos de Lucía Pérez y Laura Iglesias cuentan su drama en la búsqueda de justicia

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Dolor e indignación son algunos de los sentimientos que comparten Matías Pérez y Manuel Iglesias, hermanos de Lucía y Laura, dos víctimas de femicidios que conmovidos por la multitudinaria marcha Ni Una Menos del último miércoles, compartieron con Télam la experiencia de buscar justicia.

«Me indigna que existan hombres que puedan hacer lo que lo que hicieron a mi hermana», dijo Matías Pérez, hermano de Lucía, la adolescente de 16 años drogada, violada y brutalmente asesinada el 8 de octubre último en Mar del Plata.

El asesinato de la joven volvió a impactar en la sociedad argentina que ayer se manifestó durante el «Miércoles Negro», donde las mujeres se vistieron con ese color, hicieron un paro de una hora y se movilizaron por las calles argentinas con las consignas «Ni Una Menos-Vivas Nos Queremos».

Matías estuvo ayer en la marcha en Mar del Plata: «Fue muy emocionante sentir el apoyo de tanta gente y la paz con que marchamos pidiendo justicia por Lucía», manifestó el joven de 19 años, estudiante de Derecho.

«Me avergüenza como varón que existan hombres que maltraten y maten mujeres», confiesa en tanto Manuel, hermano de Laura, que tenía 53 años cuando su cuerpo fue encontrado en mayo de 2013 en Miramar, donde ella trabajaba en la reinserción de personas que habían pasado por prisiones, por su trabajo en el Patronato de Liberados bonaerense.

Ella también fue violada, la golpearon y la mataron ahorcándola, homicidio por el que cumple condena a perpetua Esteban Cuello, por decisión del Tribunal Oral Criminal N° 3 de Mar del Plata que en su fallo pidió a la Fiscalía «que profundice la investigación porque hay muchos cabos sueltos.

Creemos que hay otros implicados en el asesinato de mi hermana y encubrimiento policial», explicó Iglesias.

Me avergüenza como varón que existan hombres que maltraten y maten mujeres»
Él, que fue empleado administrativo en diversas empresas y hoy hace trabajos autónomos, se reconoce «un especialista impensado» en el funcionamiento del sistema judicial a partir del asesinato de Laura.

Tiene un listado minucioso que mostró a Télam de las «cuestiones que creemos que la Fiscalía debería profundizar, pero no lo hace…y es posible que la causa se cierre. Quienes imparten justicia no se ponen en mi lugar, ni en mi dolor».

Manuel se reunió con el papá de Natalia Melmann, violada y ahorcada, al igual que Laura, con un cordón de zapatilla en 2001 y con el de Mara Mateu, violada y ahorcada…con un cordón de zapatilla, en 2008. Ambos asesinatos cometidos en la costa atlántica.

«¿Por qué la fiscal Ana María Caro no investiga estas coincidencias y tantos otros aportes que tenemos para sumar a la investigación?», preguntó Iglesias.

También le sorprende «la poca difusión mediática que tuvo el asesinato de mi hermana. Por eso, participo de las marchas Ni Una Menos, soy parte del grupo de familiares de víctimas del Consejo Nacional de las Mujeres y voy a seguir difundiendo el asesinato de mi hermana, las fallas en las investigación hasta que se convierta en un grito».

Matías, aún, no puede gritar: «Nunca, nunca, me imaginé que nos podía pasar esto. Cuando veíamos en la televisión casos de femicidios, le decía a Lucía que se cuide…no sé, la aconsejaba como hermano mayor. La verdad, tengo el corazón partido».

Mientras el joven agradece «la contención de tantos hombres y mujeres», Manuel implora: «No nos quedemos quietos ante la violencia. No nos podemos permitir eso, ni como hombres, ni como sociedad».

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