En los últimos 10 años, los femicidios dejaron a 3000 chicos sin madre

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La cantidad de niños y adolescentes que quedaron sin sus madres entre el 2008 y este año es alarmante. La cifra es 3158. Este dato muestra que en menos de una década casi todos los días algún chico quedó sin su mamá, asesinada en hechos de violencia de género, según cifras del Observatorio de Femicidios de la organización civil La Casa del Encuentro.

Los datos fueron difundidos ayer, cuando el femicidio volvió a ser puesto en el centro del debate por la vicepresidenta de la Corte Suprema de Justicia y titular de la Oficina de la Mujer del alto tribunal, Elena Highton, quien advirtió que en Argentina «hay indudablemente una emergencia» por la violencia de género, dado que ya hubo 714 femicidios entre 2014 y 2016, una cifra que supera a la del «peor momento» de esta problemática en Ciudad Juárez, México, en los años ’90 .

Círculo cautivo

En 2016, el Consejo de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes intervino en 29.839 casos registrados en la capital federal, de los cuales la mitad estuvo relacionado con situaciones de violencia y, de ellos, el 25 por ciento fueron graves.

El coordinador de la unidad técnica especializada en Maltrato Infanto-juvenil del Consejo, Mauro Pineli, explicó que es común que los chicos inmersos en situaciones de maltrato doméstico terminen «identificándose con la víctima o con el agresor», porque esas experiencias «condicionan el modo en que los niños construyen su subjetividad».

Secuelas

La violencia deja «huellas» y las secuelas pueden ir desde problemas para dormir, de aprendizaje y miedos hasta dificultades para relacionarse con sus pares, reacciones exageradas o, por el contrario, poca capacidad de autodefensa.

En los casos extremos, como los femicidios, además de perder a su madre, el padre «queda destituido de su función de padre» a los ojos de los niños.

María Eva Sanz, coordinadora del Grupo Buenos Ayres, dispositivo de rehabilitación para hombres violentos, declaró que «generalmente existe una gran distancia emocional entre los varones que cumplen al pie de la letra el mandato patriarcal, y sus hijos».

«Papá empezó a matar a mamá y yo bajé corriendo por las escaleras», contó en cámara Gesell el hijo de 9 años de Elke Yvars Beck, asesinada de 40 puñaladas en diciembre de 2015 por su ex marido, Claudio López Rossi.

«Presencian la violencia entre sus padres o simplemente viven en un entorno donde las relaciones violentas y el abuso de poder -que justifica, legitima y desencadena la violencia- es parte de las relaciones afectivas y personales. Por eso, internalizan un modelo negativo de relación que daña su desarrollo», argumentaron las especialistas.

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