Opinión: El Presupuesto como motor del desarrollo económico

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Por Juan Pablo Itoiz, Concejal de Juntos.

El presupuesto diseñado por el Departamento ejecutivo del Gobierno de Junín tiene un claro eje puesto sobre el desarrollo económico local, con la mirada fija en la generación de oportunidades de empleo, a través de facilitar las inversiones públicas y privadas.

Como también se desprende de su análisis, la inversión en infraestructura urbana, seguridad, el cuidado del medio ambiente, el transporte público, la educación y la atención ciudadana están presentes.

Se señala, con razón, que el presupuesto es la norma de mayor importancia para la administración, ya que es el documento jurídico que autoriza a los municipios a realizar gastos y a su vez, define a partir de los ingresos generados con las tasas, a cumplir con las exigencias de la sociedad, que son muchas.

Asimismo, cumple una función determinante, en muchas ocasiones subestimada, que es brindar información para la mayor eficiencia y eficacia en el cumplimiento de las funciones municipales.

A nivel local, el sector público, actúa como motor del desarrollo local.

El papel que desempeña es fundamental, no sólo en la planificación urbana, la prestación de los servicios y en los esfuerzos por dar solución a buena parte de los problemas derivados de los procesos de expansión y organización de las ciudades; también, debe tener una visión estratégica, invirtiendo en educación y trabajando para la evolución y la articulación de la estructura productiva.

El desarrollo económico, fundamental para lograr la recuperación y reactivación luego de dos años de parálisis, producto de la pandemia y de las penosas decisiones en materia económica instrumentadas por el gobierno kirchnerista, hacen foco en la expansión empresaria y el fomento al emprendurismo.

La ampliación del Parque industrial, para alojar nuevos emprendedores, así como la planificación de un nuevo parque logístico, apuntan a incentivar la radicación de pymes y la generación de trabajo genuino.

En un contexto recesivo e inflacionario, todo lo que hagamos por generar empleo es importante.

Es por eso que la construcción y/o consolidación de un modelo de desarrollo debe partir de crear y maximizar oportunidades económicas, productivas y educativas, en base a instituciones sólidas, plurales y democráticas.

Luego de muchos años el kirchnerismo local ha decidido acompañar un proyecto de presupuesto local, más allá de frases tribuneras en redes sociales o slogans con foco ideológico, pareciera ser que han entendido que lo fundamental son las condiciones que debemos brindar a los juninenses para el crecimiento.

El mundo ha cambiado, la Argentina y obviamente Junín han cambiado, el viejo dilema entre Estado y mercado, estatismo y privatismo, está muerto, hasta China se ha adaptado al mundo moderno.

Los que no lo entiendan así, lamentablemente, estarán cada vez más aislados y con menos posibilidades de mejorar el bienestar sus comunidades.

Entendiendo que hay variables macroeconómicas imposibles de controlar, debemos innovar en la búsqueda de modelos de desarrollo que contengan la instrumentación de políticas públicas con una fuerte impronta participativa y con mayor protagonismo de los actores económicos y sociales locales.

Para eso, la relevancia política del gobierno local debe aumentar, ya sea por contar con recursos naturales (energía, minerales, productos agrícolas), o por su ubicación geográfica (como es el caso de nuestra ciudad, enlace de corredores económicos) o por su postura innovadora, capaz de proponer nuevos polos de desarrollo. Los gobiernos locales han desarrollado capacidades para la movilización de los actores económicos, la coordinación empresarial, las alianzas público – privadas y la promoción de las redes de vinculación.

Estas oportunidades de nuevas formas de inserción económica no deben ser desaprovechadas, ya que el desarrollo económico local depende esencialmente de la capacidad para introducir modificaciones en el tejido empresarial de las ciudades.

Así es que, los sectores públicos y privados deben trabajar conjuntamente para construir estrategias alternativas basadas en la sinergia empresarial, en la inversión educativa, en el mejoramiento tecnológico y en la integración de las cadenas productivas.

Naturalmente, con el respaldo político por parte de los actores públicos locales y la convicción de desarrollar un modelo de ciudad orientado a brindar oportunidades de progreso y desarrollo sustentable para sus ciudadanos.

Como señala Francisco Alburquerque, “las estrategias de desarrollo económico local conciben el territorio como un agente de transformación social y no únicamente como simple espacio o soporte funcional”.

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